lunes, 29 de octubre de 2007


Se acerca el primero de noviembre, día en que solemos subir al cementerio para recordar a nuestros difuntos, y ofrecerles el obsequio de unas flores y alguna oración por sus almas.

Es la ocasión de recordar la necesidad de que el camposanto esté en aceptables condiciones de limpieza y aseo, como debe ser y merecen nuestros antepasados.